Royer recién iba a almorzar, entonces llamé a Karen para decirle que llegaría a las 4.30 PM a la casa de Fiorella para el Focus Group. No recuerdo exactamente lo que me dijo por teléfono, habló tan rápido que no me dio tiempo de procesar sus palabras, lo único que entendí es que máximo me esperaba hasta las 4.10 PM. Entonces llamé a Royer y le dije que nos encontraríamos en el gimnasio Planet porque la casa de Fiorella queda cerca de ese sitio, me dijo que iría lo más rápido posible, sin embargo algo me dijo que no llegaría, que iba a preferir salir con su gorda que ayudarme en mi trabajo. Llamé a Moli (quien debió ser llevada por Dante, quien en ese momento se iba a Chiclayo) para decirle que iría a recogerla a las cuatro y no un cuarto para las cuatro como habíamos quedado. Luego llamé a Keisy, quien sorprendida por la repentina llamada y luego de ponerme mil excusas para negarse ayudarme en mi Focus Group, terminó aceptando.
A Keisy la conocí el 18 de octubre del 2005. Dudo que ella se acuerde de la fecha, incluso dudo que se acuerde de cómo nos conocimos. La conocí cuando cursaba el 2do ciclo de la carrera de Derecho. Yo nunca me había atrevido acercarme a una chica para iniciar una conversación, soy bien tímido para esas cosas, pero Keisy me gustaba y sabía que si yo no le decía hola, soy Héctor y existo, jamás nos conoceríamos. Cada cierto tiempo me da arranques de locura y la tarde de aquel día, contra todo pronóstico y apuesta de amigos, y aunque haya sido rochoso, vergonzoso, ridículo y hasta patético, le hablé.
Toco la puerta de la casa de Keisy, nunca antes había ido. No estaba seguro que fuera su casa porque nadie salía. De pronto, cuando estaba por irme, apareció. Con el apuro no recuerdo si llegamos a saludarnos, subimos al taxi y fuimos a recoger a Moli. En el camino le explico de qué se trata el Focus Group o mejor dicho le explico qué es un Focus Group y le pido que mienta, falsee, invente datos que me ayuden en mi trabajo, pero ella no me escucha y cuando trato de llamar su atención me pregunta cómo he estado…
Siempre busqué oportunidades para decirle que me gustaba pero la timidez me ganaba. A veces quería invitarla a salir, pero le daba tanta vuelta al asunto que cuando me decidía ella conversaba con algún otro. Siempre he tenido problemas en invitar a alguien a salir, incluso si son mis amigas, porque luego se alucinan que uno está templado de ella y bueno fuera si quedara ahí, pero para alucinarse más se lo cuentan a sus amigas, quienes luego terminan preguntándome si es cierto que me gusta su amiga y por más que les diga que no, no me creen. Felizmente esto no pasaba con Keisy. No conocía a nadie de su grupo de amigos ni ella conocía a mis patas y, además, nunca la invite a salir.
Recogimos a Moli (no estoy seguro si así se escribe) y llegamos 4:15 PM a la casa de Fiorella, sin embargo nuestra querida amiga “hasta las 4:10 PM te espero” no llegaba y no nos quedó otra que esperarla alrededor de unos 15 minutos. Al cabo del tiempo llega, pero sus invitados andaban perdidos encontrando la dirección, así que salimos a su búsqueda. Los hallamos y Karen se encargó de llevarlos mientras yo compraba la gaseosa, momento en el cual recibo un mensaje de Royer disculpándose porque no irá. Empezamos a las 5:00 de la tarde y eso ya era tarde. Joysi se ofreció a servir de trípode de cámara, pero me dio pena, así que fui a la oficina de ARTCREA a pedirle prestado un trípode a Arturo, mi jefe, y sin preguntarme para qué lo quería me lo prestó.
Una vez acabado el ciclo dejé de ver a Keisy un buen tiempo. Rara vez nos encontrábamos en MSN. Pasaron dos años y recibí sorpresivamente un correo de ella. En él me escribía que a pesar de nunca vernos, siempre pensaba en mi y que le gustaría vernos algún día. Yo ya no pensaba en ella, en esos dos años había conocido a otra chica que ingratamente nunca me devolvió una llamada, nunca me escribió por iniciativa y nunca me visitó. No obstante comencé a salir con Keisy, salíamos a caminar, me vino a ver un par de veces, íbamos de compras y a comer y fuimos al cine, pero nunca entramos. Sin embargo otra vez nos dejamos de ver.
El registro videográfico del Focus Group iba de mal en peor. Para empezar desde la posición de la cámara no se llegaban a ver todos los participantes. Como era el comedor de la casa de Fiorella, quien gentilmente nos había ayudado en el trabajo, era justificable que su familia reciba visitas y el timbre suene a cada rato y que el bebé de su hermana lloré sin control y que se paseen delante de la cámara. Y por si fuera poco la cinta de la cámara de Karen se llenó a mitad del Focus Group.
Me llama Zayda al celular y me dice que está en la universidad y que vaya a pagarle ahora, porque tiene que hacer otras cosas y no tiene tiempo para esperarme, le digo que iré, pero cuando estoy por salir Joysi me detiene, me dice que no puedo irme hasta que acabe el trabajo. No digo nada. Al cabo de un rato Zayda me manda un mensaje de texto en el cual me dice que me apure, que tiene cosas urgentes que hacerch. Esta vez intento escaparme pero Joysi me descubre y me obliga a quedarme. Pasan 10 minutos y Zayda vuelve a llamarme, le digo que saldré de inmediato pero que mejor nos encontremos en Bellas Artes porque estoy un poco lejos de la universidad. Karen hace un break al Focus Group y aprovecho que Joysi esta sirviendo los bocaditos y la gaseosa para salir. Le pago a Zayda las dos entradas que me vendió para un concierto sinfónico donde ella cantará. Me promete que el concierto estará espectacular y yo le prometo que estaré en primera fila y seré el primero en aplaudirla.
Nos volvimos a ver unos meses después en la Feria del Libro de Trujillo, ella era vendedora de DIPUSA y yo parte de la organización de la Feria. Fuimos a comer y tomamos un café e hicimos planes para después de la Feria, pero otra vez dejamos de vernos.
Regreso al Focus Group y todo empeoraba. Karen, quien hacía de moderadora, opinaba más que los invitados, a la cámara de apoyo se le agotó la batería y por si fuera poco no llegué a probar ni un bocadito, que en realidad eran galletas margaritas. No recuerdo a que hora acabó el Focus Group, pero afuera llovía. Keisy me acompañó a mi departamento a dejar el trípode y recoger otras cosas para irme a la casa de mi mamá en San Fernando. Tomamos “la A1” de los micros morados y recordé esos días de universidad en los que nos íbamos conversando o mejor dicho en los que ella, como toda mujer, se iba conversando sola. Esta vez nos vamos parados y ella me cuenta que está criando cuyes y espera que para su cumpleaños, en enero, estén regordetes y pueda comérselos. Piensa hacer su cumpleaños como una fiesta patronal, dará cuy con ajiaco, adornará su casa con esos motivos y construirá un castillo pequeño de fuegos artificiales. Le digo que está loca. Ella me sigue contando sus planes, lo tiene todo detallado a pesar que falta 7 meses. Espera que el año que viene vaya a su fiesta. Le prometo que iré como quien promete estudiar cada vez que empieza un ciclo. Nos despedimos y me sugiere que un día de estos salgamos, le digo que la llamaré, pero cuando la veo irse sé que no la volveré a ver en un buen tiempo, y pienso que quizá ese es el ciclo natural de nuestra amistad: hoy nos vimos, talvez no nos veamos hasta el otro año.
A Keisy la conocí el 18 de octubre del 2005. Dudo que ella se acuerde de la fecha, incluso dudo que se acuerde de cómo nos conocimos. La conocí cuando cursaba el 2do ciclo de la carrera de Derecho. Yo nunca me había atrevido acercarme a una chica para iniciar una conversación, soy bien tímido para esas cosas, pero Keisy me gustaba y sabía que si yo no le decía hola, soy Héctor y existo, jamás nos conoceríamos. Cada cierto tiempo me da arranques de locura y la tarde de aquel día, contra todo pronóstico y apuesta de amigos, y aunque haya sido rochoso, vergonzoso, ridículo y hasta patético, le hablé.
Toco la puerta de la casa de Keisy, nunca antes había ido. No estaba seguro que fuera su casa porque nadie salía. De pronto, cuando estaba por irme, apareció. Con el apuro no recuerdo si llegamos a saludarnos, subimos al taxi y fuimos a recoger a Moli. En el camino le explico de qué se trata el Focus Group o mejor dicho le explico qué es un Focus Group y le pido que mienta, falsee, invente datos que me ayuden en mi trabajo, pero ella no me escucha y cuando trato de llamar su atención me pregunta cómo he estado…
Siempre busqué oportunidades para decirle que me gustaba pero la timidez me ganaba. A veces quería invitarla a salir, pero le daba tanta vuelta al asunto que cuando me decidía ella conversaba con algún otro. Siempre he tenido problemas en invitar a alguien a salir, incluso si son mis amigas, porque luego se alucinan que uno está templado de ella y bueno fuera si quedara ahí, pero para alucinarse más se lo cuentan a sus amigas, quienes luego terminan preguntándome si es cierto que me gusta su amiga y por más que les diga que no, no me creen. Felizmente esto no pasaba con Keisy. No conocía a nadie de su grupo de amigos ni ella conocía a mis patas y, además, nunca la invite a salir.
Recogimos a Moli (no estoy seguro si así se escribe) y llegamos 4:15 PM a la casa de Fiorella, sin embargo nuestra querida amiga “hasta las 4:10 PM te espero” no llegaba y no nos quedó otra que esperarla alrededor de unos 15 minutos. Al cabo del tiempo llega, pero sus invitados andaban perdidos encontrando la dirección, así que salimos a su búsqueda. Los hallamos y Karen se encargó de llevarlos mientras yo compraba la gaseosa, momento en el cual recibo un mensaje de Royer disculpándose porque no irá. Empezamos a las 5:00 de la tarde y eso ya era tarde. Joysi se ofreció a servir de trípode de cámara, pero me dio pena, así que fui a la oficina de ARTCREA a pedirle prestado un trípode a Arturo, mi jefe, y sin preguntarme para qué lo quería me lo prestó.
Una vez acabado el ciclo dejé de ver a Keisy un buen tiempo. Rara vez nos encontrábamos en MSN. Pasaron dos años y recibí sorpresivamente un correo de ella. En él me escribía que a pesar de nunca vernos, siempre pensaba en mi y que le gustaría vernos algún día. Yo ya no pensaba en ella, en esos dos años había conocido a otra chica que ingratamente nunca me devolvió una llamada, nunca me escribió por iniciativa y nunca me visitó. No obstante comencé a salir con Keisy, salíamos a caminar, me vino a ver un par de veces, íbamos de compras y a comer y fuimos al cine, pero nunca entramos. Sin embargo otra vez nos dejamos de ver.
El registro videográfico del Focus Group iba de mal en peor. Para empezar desde la posición de la cámara no se llegaban a ver todos los participantes. Como era el comedor de la casa de Fiorella, quien gentilmente nos había ayudado en el trabajo, era justificable que su familia reciba visitas y el timbre suene a cada rato y que el bebé de su hermana lloré sin control y que se paseen delante de la cámara. Y por si fuera poco la cinta de la cámara de Karen se llenó a mitad del Focus Group.
Me llama Zayda al celular y me dice que está en la universidad y que vaya a pagarle ahora, porque tiene que hacer otras cosas y no tiene tiempo para esperarme, le digo que iré, pero cuando estoy por salir Joysi me detiene, me dice que no puedo irme hasta que acabe el trabajo. No digo nada. Al cabo de un rato Zayda me manda un mensaje de texto en el cual me dice que me apure, que tiene cosas urgentes que hacerch. Esta vez intento escaparme pero Joysi me descubre y me obliga a quedarme. Pasan 10 minutos y Zayda vuelve a llamarme, le digo que saldré de inmediato pero que mejor nos encontremos en Bellas Artes porque estoy un poco lejos de la universidad. Karen hace un break al Focus Group y aprovecho que Joysi esta sirviendo los bocaditos y la gaseosa para salir. Le pago a Zayda las dos entradas que me vendió para un concierto sinfónico donde ella cantará. Me promete que el concierto estará espectacular y yo le prometo que estaré en primera fila y seré el primero en aplaudirla.
Nos volvimos a ver unos meses después en la Feria del Libro de Trujillo, ella era vendedora de DIPUSA y yo parte de la organización de la Feria. Fuimos a comer y tomamos un café e hicimos planes para después de la Feria, pero otra vez dejamos de vernos.
Regreso al Focus Group y todo empeoraba. Karen, quien hacía de moderadora, opinaba más que los invitados, a la cámara de apoyo se le agotó la batería y por si fuera poco no llegué a probar ni un bocadito, que en realidad eran galletas margaritas. No recuerdo a que hora acabó el Focus Group, pero afuera llovía. Keisy me acompañó a mi departamento a dejar el trípode y recoger otras cosas para irme a la casa de mi mamá en San Fernando. Tomamos “la A1” de los micros morados y recordé esos días de universidad en los que nos íbamos conversando o mejor dicho en los que ella, como toda mujer, se iba conversando sola. Esta vez nos vamos parados y ella me cuenta que está criando cuyes y espera que para su cumpleaños, en enero, estén regordetes y pueda comérselos. Piensa hacer su cumpleaños como una fiesta patronal, dará cuy con ajiaco, adornará su casa con esos motivos y construirá un castillo pequeño de fuegos artificiales. Le digo que está loca. Ella me sigue contando sus planes, lo tiene todo detallado a pesar que falta 7 meses. Espera que el año que viene vaya a su fiesta. Le prometo que iré como quien promete estudiar cada vez que empieza un ciclo. Nos despedimos y me sugiere que un día de estos salgamos, le digo que la llamaré, pero cuando la veo irse sé que no la volveré a ver en un buen tiempo, y pienso que quizá ese es el ciclo natural de nuestra amistad: hoy nos vimos, talvez no nos veamos hasta el otro año.
2 comentarios:
yo me acuerdo de eia...interesante...
Que mujer para rara...!!!
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