lunes, 9 de agosto de 2010

día de suerte

–¡¿Por qué me miras?! –reclama la mujer.
El hombre desvía su mirada, pero continúa mirándola de reojo.
–¿Qué te pasa? ¿Por qué me estás mirando? –insiste la mujer. –Me estás mirado todo el camino.
El chofer advierte la discusión, pero con el apuro prefiere hacer oídos sordos.
–No la he mirado para nada –dice el hombre.
La mujer lo mira. Tres escolares murmuran y dejan escapar risas. Una anciana coge a su nieto del brazo y un hombre mayor trata de calmar las cosas.
–Haber, queremos viajar tranquilos pues.
El resto de pasajeros, metidos en sus ipods y celulares, se desentienden del problema.
De pronto la mujer se para y se dirige al hombre.
–¿Por qué me miras? ¿Por qué me miras? –le dice la mujer mientras lo sujeta de los brazos.
El hombre trata de soltarse de la mujer, pero un inadvertido y brusco movimiento del micro les hace perder el equilibrio y ambos se caen.
–¡Carajo! Esta mujer está loca –dice indignado el hombre–. Yo no le he hecho nada.
Los pasajeros asustados abuchean a la mujer por su comportamiento extraño y exigen que la bajen. El chofer estaciona el micro. El cobrador obligado por la situación le pide a la mujer que se evite problemas. La mujer se baja no sin antes proferir insultos para todos.
El hombre ve a la mujer perdiéndose a lo lejos y piensa que es su día de suerte. Saca un arma.
–¡Qué nadie se mueva carajo!

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