lunes, 9 de agosto de 2010

día de suerte

–¡¿Por qué me miras?! –reclama la mujer.
El hombre desvía su mirada, pero continúa mirándola de reojo.
–¿Qué te pasa? ¿Por qué me estás mirando? –insiste la mujer. –Me estás mirado todo el camino.
El chofer advierte la discusión, pero con el apuro prefiere hacer oídos sordos.
–No la he mirado para nada –dice el hombre.
La mujer lo mira. Tres escolares murmuran y dejan escapar risas. Una anciana coge a su nieto del brazo y un hombre mayor trata de calmar las cosas.
–Haber, queremos viajar tranquilos pues.
El resto de pasajeros, metidos en sus ipods y celulares, se desentienden del problema.
De pronto la mujer se para y se dirige al hombre.
–¿Por qué me miras? ¿Por qué me miras? –le dice la mujer mientras lo sujeta de los brazos.
El hombre trata de soltarse de la mujer, pero un inadvertido y brusco movimiento del micro les hace perder el equilibrio y ambos se caen.
–¡Carajo! Esta mujer está loca –dice indignado el hombre–. Yo no le he hecho nada.
Los pasajeros asustados abuchean a la mujer por su comportamiento extraño y exigen que la bajen. El chofer estaciona el micro. El cobrador obligado por la situación le pide a la mujer que se evite problemas. La mujer se baja no sin antes proferir insultos para todos.
El hombre ve a la mujer perdiéndose a lo lejos y piensa que es su día de suerte. Saca un arma.
–¡Qué nadie se mueva carajo!

lunes, 8 de febrero de 2010

mis pesadillas

Estoy durmiendo con Liset y Fiorella. Fiorella se despierta a media madrugada y se dirige al baño. Sus movimientos y el poco ruido que ha hecho me han despertado. A mi lado duerme Liset. Duerme tan tranquila y se le ve tan bien así que imagino debe estar soñando en algo bonito y quiero que lo haga por siempre. Cojo una almohada y la presionó contra su cara, intentando asfixiarla y ella reacciona e intenta defenderse. Con sus manos trata de sacarse la almohada de encima, pero es inevitable. Deseo su muerte y lo consigo. Veo su rostro tan bello como antes y finjo estar durmiendo para cuando Fiorella llega al cuarto.

Max está cocinando. Yo estoy en la mesa buscando palabras en el diccionario de ingles español que compré en Lima, antes de venirme a Estados Unidos. No hay nadie más en la casa. Podría tratarse de una escena gay, pero para mala suerte no lo es. Max coge un cuchillo pequeño y me lo lanza. Yo reacciono un poco tarde y llega a herirme en el brazo derecho. Max coge otros utensilios y me los lanza para herirme. Yo trato de esquivarlo mientras lo puteo. Max coge un cuchillo grande, muy grande y se dirige hacia mí. Yo recojo el primer cuchillo que me lanzó y trato de defenderme y a la vez atacarlo. Max me hace cortes en el brazo y parece feliz. Yo busco una oportunidad y le clavo el cuchillo en el estómago. Max cae al suelo. Yo le sigo atacando aun indefenso. Max muere y yo lo comienzo a descuartizar para luego guardarlo en la refrigeradora.

Camino de mi centro de trabajo a casa. Estoy cansado y voy lento y despistado. De repente un auto frena violentamente a mi costado y baja presurosamente un negro cuerpón y más alto que yo. Me propicia unos golpes y quedo noqueado. Despierto atado a una silla en una cochera amplia y sucia, llena de cachivaches y con poca luz. De pronto veo al negro que se aproxima hacia mí. Me habla en inglés. No lo entiendo. Maldigo la hora que no preste atención a mis clases de inglés. No sé qué decirle. El negro lleva en la mano un engrapador. Me engrapa la pierna y pego un grito como loca. Continúa hablándome en inglés y sigo sin entenderlo y lentamente me engrapa el cuerpo, las piernas, los brazos, el pecho e incluso la cara. El dolor que siento sumado a los golpes que me da provoca que me desmaye.

Estoy triste. Me siento en las gradas que dan para el patio trasero. Es de noche y estoy solo. De pronto el cielo se ilumina por un trueno y empieza a llover precipitosamente. Me gusta la lluvia porque excita mis sentimientos depresivos. El viento sopla con mayor intensidad y las hojas de los árboles me acompañan con su melodía. El clima va empeorándose, los vientos cada vez se hacen más fuertes y los arboles vanamente se resisten, muchos de ellos, los más débiles y viejos, son arrancados de su tierra. La puerta de vidrio detrás de mi revienta en pequeños trozos. Los truenos terminan su recorrido en las casas aledañas causando grandes destrozos. Pienso que estoy solo en la ciudad, que todos la evacuaron en su momento y se olvidaron de mi, incluso las ardillas y los gatos que solían acompañarme cuando estaba solo ya no están. Y cuando estoy pensando en todo lo que me falto hacer en la vida, todo se apaga.

martes, 29 de diciembre de 2009

again

Hoy desperté solo y triste.

Cuando llegué a Estados Unidos y mi sponsor me llevó a una casa en Pensacola, cuya habitación solo tenía un par de camas y colchones, me sentí triste, con deseos de mandar a la mierda a todo y volverme a mi casa y lo único que me quedo fue dormir para que el tiempo pase sin sentirlo con la esperanza de despertar después de los tres meses y estar listo para retornar a mi país, pero la lluvia y el frio no lo permitieron.

A la mañana siguiente conocí a Rudy, un sujeto de Indonesia que me cayó súper bien. No entiendo mucho el inglés, pero él se dejaba comprender. Me habló de sus amigos, de su trabajo, de sus planes, de su vida en su país, de porqué está aquí, de muchas cosas y me dijo algo muy cierto, que debía tener un plan de acá a cinco años, estar seguro de lo que quería y buscarlo y que lo encontraría con trabajo y sacrificio.

Empezaba a sentirme cómodo y con deseos de quedarme cuando llegó Robert, mi sponsor, y me ordenó que empaque porque me iría de la ciudad. Sin despedidas me fui a Niceville junto a Liset y Fiorella, dos trujillanas que llegaron con Robert.

Supe entonces (quién sabe cómo) que ya no estaba solo. Me sentí tranquilo y feliz porque algo en ellas me inspiró confianza. No sé si por el hecho de que sean mujeres o porque seamos de la misma ciudad o porque estando en otro país uno necesita de alguien para apoyarse y ellas se tenían la una a la otra y yo, estando solo, ese apoyo lo encontré en ellas.

***
Liset está loca. A veces le da por meterme manazos en el trasero y considerando que yo no tengo nada de trasero creo que lo hace porque intenta buscar alguito al menos. Baila el regeton muy bien, cuando se mueve creo que estoy viendo a una chica del night club y eso me excita. Tiene los pies feos, sus dedos son pequeños y regordetes. Es romántica y le gusta a mares la cursilería y las palabras bonitas, por eso congeniamos.

Fiorella no me mete manazos en el trasero, pero se adueña de mi computadora en las horas puntas cuando yo también la quiero usar, pero no me atrevo a negársela. Me gusta tomar con ella porque me cuenta sus historias amorosas, esas historias enredadas de nunca acabar y la entiendo. Me gusta también que no sepa muchas cosas porque me gusta contarle historias aunque a veces se quede dormida antes que termine. Me gusta dormir a su lado y al lado de Liset, aunque despierte con la espalda hecho trizas del espacio que me dejan, y me gusta porque a su lado me siento querido y acompañado y aunque ellas siempre me digan que ya no me dejarán entrar porque no duermen bien, las cautivo con historias a veces inventadas a veces ciertas y terminan por recibirme en su cuarto.

Pero Vallejo me recuerda que hay golpes en la vida y ayer Liset y Fiorella se marcharon. Llegó Robert a llevárselas a Destin, a 30 minutos en auto de aquí. Y aunque en broma y broma les decía que sería mejor que se vayan y que no las extrañaría, cuando nos despedimos y me abrazaron no quise soltarlas, quise tenerlas así para siempre, quise que estemos los tres juntos los tres meses, pero los deseos no siempre se vuelven realidad.

En su lugar llegaron dos argentinos y compraron cerveza y ron y encontramos otros latinos en el supermercado y armamos una fiesta. Mi tristeza por ellas desapareció, la cerveza y el ron me ayudó a superar el mal tiempo y en menos de lo que me esperaba dejé de pensarlas.

Me fui a dormir y no tuve problema en conciliar el sueño.

Sin embargo, el frío me despertó y me encontré solo en mi habitación y las extrañé enormemente y me robaron un par de lágrimas.

***
Y al pie de las escaleras veo el camino hacia el que fue el cuarto de Liset y Fiorella y la nostalgia me invade y comprendo que no volveré a subir más.

lunes, 14 de diciembre de 2009

to say goodbye

Elizabeth me llama a decirme que no puede salir en la noche como habíamos quedado hace unos días porque tiene que cubrir un desfile de modas. Elizabeth está trabajando como conductora de espectáculos en un programa televisivo local y yo odio su trabajo porque le quita horas que me gustaría pasar con ella. Pero me llama no a cancelarme del todo, sino que me sugiere que nos veamos en la tarde y vayamos a la playa llevando a la Lucky, su pequeña gatita. Ha estado con esa loca idea hace ya bastante tiempo y aprovechando el sol, su tarde libre del lunes y creo que para no sentirse culpable de chotearme me sugiere ir a Huanchaco y yo acepto aunque tenga que preparar una coartada en mi trabajo.

Camino al paradero la Lucky no para de maullar. Dentro de un bolso se aferra a Elizabeth y esconde su cabeza entre sus cabellos como si fuera un avestruz. Y pienso que la pobre o bien se muere ahogada o bien se muere del trauma, pero no le digo eso a Elizabeth porque se molestaría.

En el micro los pasajeros no se resisten a ver a la gatita y quizás a pensar que estamos chiflados o al menos que Elizabeth está chiflada ya que ella lleva a la gatita consigo. Conversamos. Me agrada. Elizabeth me propone algunos planes para vacaciones y siento pena porque que esa misma noche viajo a los Estados Unidos y ella no lo sabe.

Bajamos antes de entrar a Huanchaco ante las inevitables miradas de los pasajeros y caminamos hacia la orilla deshabitada, nos sentamos y Elizabeth deja libre a la Lucky para que se acostumbre a la arena, juegue y corra, pero no se mueve, no reacciona, ni siquiera intenta caminar ni esconderse, no se inmuta ante nada y yo pienso que ya se murió en vida, que se nos quedó vegetal, pero otra vez vuelvo a callármelo.

Al rato la Lucky se arrastra (no camina, se arrastra como gusano) para esconderse entre las piernas de Elizabeth. Perdemos toda esperanza. Elizabeth me sugiere traerla más seguido para que se acostumbre. Siento pena de nuevo.

Sentados en silencio frente al mar contemplando el brillo del sol en las olas pienso en mil formas de cómo contarle sobre mi viaje, pero no encuentro la adecuada y solo atino a decir que es mi última tarde en Trujillo. Empieza con el interrogatorio y de a pocos se va enterando de mi viaje y a pesar de ello me dice algo que me emociona y me gusta, «yo quería pasar las vacaciones contigo». Y yo quiero decirle que yo también quiero pasar las vacaciones con ella y que me gusta su compañía a pesar que sea una loca que me haga hacer cosas extrañas como traer una gata a la playa, yo quiero decirle que siento no habérselo contado antes, pero si no lo hice fue porque pensé que nunca llegaría este día, yo quiero decirle que la voy a extrañar y más de lo que ella cree, yo quiero decirle que cuando estoy con ella me siento bien, en paz conmigo mismo y feliz porque puedo reír sin caretas y de alguna manera el destino o los azares o las casualidades de la vida han jugado a nuestro favor y nos han permitido pasar esta última tarde juntos y me siento tranquilo, libre y quiero decirle que la quiero… y mucho, pero soy un cobarde y nos quedamos sentados en silencio frente al mar.

martes, 8 de diciembre de 2009

adiós hábitos


Cuando me fui de mi casa con la intención de vivir solo pensé que la libertad que estaba comprando y mis debilidades harían de mí el más desenfrenado y libertino de todos. Sin embargo, en un principio la careta de chico responsable y maduro se impuso. Solía dormir temprano y despertarme más temprano de lo común gracias al canto de unos gallos vecinos, ordenaba mi cuarto constantemente y no dejaba platos sucios más de un día. Era un chico comprometido y decidido a no dejarme llevar por la tentación de la independencia. Pero los platos sucios se fueron amontonaron. Aunque seguía con la mentalidad de chico responsable, la tentación se impuso y mis noches se comenzaron a tornar largas y movidas. No había semana en que no comprara algo de alcohol para beber solo mientras escribía o simplemente pensaba. Conocí la soledad de tomar solo, aquella que casi muchos no conocen porque prefieren emborracharse con amigos y en el peor de los casos con desconocidos que luego presencian los actos más vergonzosos de un borracho: tomar por una mujer. Por eso decidí tomar en la soledad de mi cuarto, los domingos por la noche, para que la tranquilidad y la melancolía terminen por destruirme. Y finalmente cuando lo lograron, la pereza se apoderó de mí. Mis días se volvieron más largos para dormir, tomaba siesta por las tardes y me iba a dormir temprano por las noches, comía en la calle y si ensuciaba algo no lo lavaba sino hasta que esté de buen humor y con las pilas puestas. Así pasé mis últimas semanas en el cuarto y me gustaba. Al fin había encontrado mi forma de vivir, entre el chiquero y el desorden dormía tranquilo y sin perturbaciones. No me importaba encontrar hormigas devorándose algún sándwich que había dejado a medio comer o moscas sobre mi plato de comida con hongos. Todo era felicidad hasta que tuve que partir. Y mientras empacaba mis cosas sentí que dejaba algo en esas cuatros paredes ya sucias por mi permanencia, sentí que no me estaba yendo con todo, sino que parte de mi se quedaba en ese cuarto dispuesto a contárselo al siguiente que viva allí. Si las paredes hubieran hablado, seguro habrían agradecido mi partida.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

happy birthday to me

No todos los feliz cumpleaños son felices.

Tengo un vaso de vino barato sobre la mesa.

Tengo bastante trabajo por terminar.

Aun sigo en la oficina.

No he llegado a mi casa en todo el día.

Quiero dormir.

Escucho highway to hell.

Solo mi madre y mi tía se han acordado de mi cumpleaños.

Y yo también.

Y me canto solo.
Feliz cumpleaños a mi
Feliz cumpleaños a mi
Feliz cumpleaños Hectorcito
Feliz cumpleaños a mí.

Katy me escribe al mail
FELIZ CUMPLE!!!! :) aunque facil y ya cambiaste de fecha de nacimiento :S al igual que tus nombres :S.! bueno en todo caso sea o no, que tengas un buen dia! adioss!!


Gracias por tu saludo.